Uno de los mayores clásicos del senderismo de la isla de Gran Canaria lo encontramos en la Reserva natural Especial de Los Marteles. Esta zona en los límites del pinar y monteverde, de gran valor geológico y paisajístico, alberga una importante cantidad de los endemismos locales. Su rey incuestionable, el tajinaste azul, colorea en primavera las laderas del Barranco de Tenteniguada en todas sus tonalidades. Para disfrutar de este espectáculo se nos ofrecen varias opciones de senderos locales entre La Caldera de los Marteles y el pueblo de Tenteniguada. Nuestra elección ha sido la siguiente…
Para realizar esta ruta nos desplazamos a Tenteniguada, en el municipio de Valsequillo. Por las calles del pueblo, asfaltadas y bien marcadas, accedemos a la parte alta del Rincón de Tenteniguada.
Llegamos hasta la Calle el Roque Grande, dónde conectamos con el sendero local SL GC 03 en dirección a la Presa de Cuevas Blancas, subiendo por el Barranco de La Pasadera.
El inicio de este sendero es por pista de tierra, dando paso más adelante a un estrecho camino con tramos cada vez más ascendentes. Mientras tanto la morgallana, un endemismo macaronésico, salpica sus bordes.
Nada más empezar, nos tropezamos con esta espectacular muestra de la flora endémica canaria – un Bicácaro en el momento de su floración.
Muy pronto vemos los primeros tajinastes, otro ejemplo de la flora autóctona y el principal atractivo de este recorrido circular. La zona de Tenteniguada es una de las más pobladas por esta especie grancanaria, denominada como vulnerable por UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Tajinaste azul (Echium callithyrsum) en flor.
A lo largo de la ruta nos encontramos con varias marcas en blanco y verde, indicativo de un sendero local.
Sí, seguimos en la dirección correcta 😉 … Un sendero bien señalizado.
Flor de mayo, otra nativa grancanaria, muy presente en este barranco.
El paisaje de esta zona nos regala una explosión de colores primaverales.
Esta variante amarilla del Bicácaro, desconocida para nosotros hasta este momento, llama la atención de los caminantes.
En este tramo el camino desaparece debido a un desprendimiento que baja desde lo alto de la montaña. Mirando bien entre la maleza a nuestra izquierda localizamos el camino original y seguimos su recorrido.
Roque Chico y Roque Grande se elevan majestuosos al lado izquierdo de nuestro sendero.
A medida que ascendemos vamos teniendo una panorámica más amplia de Tenteniguada. En primer plano, cerrajón común a punto de florecer.
Pasamos por otro pequeño desprendimiento.
Cuevas alpendes abandonadas. Es de agradecer que no estuvieran llenas de basura.
El vivo colorido de la morgallana y alhelí montuño anima la continuada subida.
Seguimos ascendiendo en zig-zag entre el verdor de la vegetación…
… Y dejamos los Roques a nuestras espaldas.
Echándo la vista atrás, con Tenteniguada al fondo: Roque del Pino a la izquierda, Roque Chico y Roque Grande a la derecha.
Exhuberantes ejemplares de tajinaste azul, de casi 3 metros de altura, entremezclados con retama amarilla.
Diferentes tonalidades de los tajinastes en lo alto de la loma – un mirador natural.
Dejamos atrás el mirador y continuamos el ascenso por un camino muy vertical y polvoriento.
Terminada la subida, llaneamos entre el matorral de retama amarilla – otro ejemplo de los endemismos grancanarios.
Aquí llegamos al punto más alto de nuestro recorrido. Cruzamos la carretera y antes de dirigirnos a la Caldera de Los Marteles, visitamos la Presa Cuevas Blancas.
Después de las recientes lluvias la presa recobra su vida.
Para llegar a la Caldera de Los Marteles hay un camino más directo y recomendable, paralelo a la carretera. Por el contrario, nosotros decidimos seguir por el sendero que desciende una ladera de picón muy inestable, para luego continuar por un camino que se desdibuja bajo un retamal entrelazado.
Más adelante, oculto en el interior de una cueva poco accesible, se encuentra un naciente de agua – oportunidad que aprovechamos para refrescarnos.
Recorremos el estrecho sendero que discurre por la pared del Barranco de la Madre del Agua. Aunque se puede aprovechar la existencia de una pequeña galería para salvar parte de este peligroso tramo.
Con mucha precaución, seguimos el mismo recorrido que la tubería metálica.
El senderito, con varios derrumbes a lo largo, desemboca en La Caldera de Los Marteles.
Conectamos con la carretera GC-130 y la cruzamos a la altura del mirador de la caldera.
Ya con vistas hacia Valsequillo, inciamos el descenso.
Guinderos y morgallanas en su esplendor primaveral.
Desvío que obviamos siguiendo por la pista de tierra SL-1 en dirección a Tenteniguada. La marca en la piedra, con barra blanca y verde en forma de X, indica la dirección incorrecta.
Continuamos viendo a lo lejos el Roque Grande.
Después de pasar por una casa-cueva nos encontramos con esta bifurcación, cogeremos hacia la izquierda.
Los tajinastes azules se siguen mostrando por los dos lados del camino.
Opcional – nosotros nos desviamos por el camino de la izquierda para acercarnos a los Roques.El sendero de la derecha lleva al Rincón de Tenteniguada.
Este tramo también sigue cargado de tajinastes…
Tajinastes en una variedad de tonos azules. Al fondo, Roque Grande.
Otra perspectiva más cerca de los Roques.
Cima puntiaguda del Roque Chico y a lo lejos, la costa perdiéndose en el horizonte. Visto desde una de las aristas del Roque Grande. El acceso es difícil, peligroso y nada recomendable si no se cuenta con el equipamiento adecuado, suficiente destreza y condiciones meteorológicas óptimas.
Vegetación arropada entre los dos Roques.
Volveremos por nuestros pasos a la última bifurcación y esta vez cogeremos el sendero de la derecha, siguiendo el recorrido de SL-1 Tenteniguada.
En esta zona encontramos abundante vegetación endémica: tajinastes, flor de mayo, magarza, cerrajón común, cañaheja, retama amarilla,…
Ya en contínuo descenso una hilera de tajinastes delimitan el camino.
Las vistas hacia Tenteniguada y Valsequillo son impresionantes…
Los Roques.
Una de las pocas zonas a llanear.
Quitando las piedrecillas del camino 😎 …
Salvamos una pequeña subida hasta el cartel con indicación: El Rincón de Tenteniguada 1h00. Aún a paso tranquilo será menos.
Algo más abajo nos encontramos con otro letrero, informándonos que salimos de la Reserva Natural Especial Los Marteles.
Llegamos a una casa franqueada por un muro de piedras y su rústico cartel. Aquí conectamos con una pista asfaltada.
Giramos a la izquierda para volver a la Calle Roque Grande y desde allí callejeamos de nuevo por EL Rincón hacia Tenteniguada, terminando esta primaveral y colorista ruta.
Datos orientativos de la ruta
– Municipio / District: Valsequillo
– Tipo de recorrido / Kind of trial: circular
– Distancia / Distance: 12 km
– Tiempo / Time: 6 horas con paradas y descansos / 6 hours with stops and breaks
– Desnivel / Altitude change: ± 675 m
– Dificultad / Difficulty: alta (por el Barranco de la Madre del Agua) / high (down the rawine Barranco de la Madre del Agua); media (por GC-130 o sendero local paralelo) / medium (by GC-130 or parallel local path)